Es importante reconocer el fin que le daremos a un equipo para instalar un Sistema Operativo adecuado a nuestras necesidades. En esta entrada clasificaremos a los sistemas como sistemas en red, también llamados servidores, y sistemas monopuesto, también llamados clientes.
Si nuestro equipo va a ir destinado a compartir recursos y ofrecer servicios al resto de equipos de la red, deberemos instalar un sistema operativo en red. Alguna de las características de este tipo de sistemas son:
- La compartición de recursos de la máquina anfitrión y el acceso a los que comparten otras máquinas.
- Soportar varias sesiones activas a la vez, por acceso remoto o desde la propia red.
- Permiten la gestión centralizada de los usuarios y de los recursos de la red. La centralización de usuarios les permitirá trabajar con su propio entorno de trabajo desde cualquier equipo de la red.
- Permiten gestionar permisos y privilegios de los usuarios de la red.
- Tienen herramientas para detectar deficiencias en los servicios que ofrecen.
Si por el contrario, nuestro equipo va a ir destinado al acceso de los servicios ofrecidos en red e Internet, instalaremos un sistema operativo monopuesto.
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